miércoles, 22 de junio de 2016

En la cuerda floja

Suspendido me encuentro, sintiendo la briza acariciando mi rostro, rozándome con sus pulcras manos de seda, para purificar el espacio vacío debajo de mis ojos, esas bolsas agrias que contienen todas las lagrimas que, aun no me he atrevido a derramar; paso a paso en esta cuerda tan diminuta, a la que me toco llamar vida. Tendido sobre el vasto infinito de suplicas y desasosiegos marginales, y mal agradecidos recuerdos, que amenazan con derribarme y comenzar a caer, una vez más.

Colgando me encuentro, entre tantas emociones nefastas, que agitan esta sensación maligna, sustituta de caricias tiernas y besos apasionados; esa soledad incrédula, maravillada con el egoísmo de un sentimiento neutro, un paso más cerca de la derrota, un segundo más cerca del derrumbe, de todas aquellas ilusiones abrumadas por el frio de esos roces grotescos, que me da el olvido y así, se descontrolan todas estas líneas imaginarias, de vidas irreales, de muertes justificadas y promesas rotas.



La cuerda floja terminara por romperse, mucho antes de conseguir divisar el final de un recorrido, que me la paso describiendo en sueños, esos que terminan por ser una terrible pesadilla al despertar, al sentirme igual que aquellas aves que jamás aprendieron a volar o, alguna de esas aves que encerradas en una jaula, mueren de tristeza; mi jaula, mi gran jaula esta creada por dolores de pecho, esos dolores de pecho que se sienten tan dentro, que no hay calmante alguno que los detengan.

En esta cuerda floja, los ángeles fueron desplumados y los demonios ciegos por la ira, lloraron por la desgracia que me había tocado presenciar, sigo caminando, con dudas, dudas que me hacen perder el equilibrio, mientras resignado me toca aceptar que, la esperanza tan solo fue uno de los factores que, terminaron por volverme loco.



jueves, 16 de junio de 2016

Demencia




Si pudieras mirarme

Si pudieras mirarme, no sabes la satisfacción que se apoderaría de mí. Aun conservo tu ropa sucia acumulada en una esquina en mi habitación, el cesto donde están tus pertenencias, conservando tu olor, resguardando las últimas sensaciones que pudiste llegar a sentir en mi honor.

Los últimos gritos que se aglomeraron en mi cabeza para ya, nunca poder olvidarte. Aun me masturbo mientras acerco a mí, aquellas prendas que antes usabas, mi rostro se inmuta ante el vaivén de imágenes morbosas que llevan tu rostro, mientras todo el mundo se pregunta ¿Qué será de ti en este momento?



Todos caminan seguros, perdidos en su cabeza, sin imaginar el tipo de desgracia que les puede deparar en cada uno de sus pasos, el horror al que se acostumbraron mis ojos, termino por llevarse tu vida, complaciendo plenamente aquel instinto monstruoso que llevo dentro, eso que camina por la calle sonriendo, regalando falacias a las niñas y manteniendo amistades con sus padres, mientras participo en orgias mentales y termino por eyacular sobre sus débiles mentes, mis incitaciones mas bizarras, invitando a la muerte a cada encuentro, como cuando tu, esparciste sobre mi cama, aquellas palabras de amor vacías.

Si pudieras mirarme, al menos podría dejar de imaginarme tu mirada de odio y desprecio con la que te marchaste, aquel odio que acariciaba mis intenciones mientras destrozaba toda esperanza que yacía en tu vientre, es imposible contener mi excitación mientras te escribo cartas, esperando limpiar mi conciencia, ensuciando una vez más tu imagen.

Es aquí donde descargo mi culpabilidad, mientras admiro otras manos, mientras observo otro cuerpo, mientras paseo mis dedos por otra vida, dispuesta a entregarse a mí, para que comience el ciclo autodestructivo en el que habitas, en el que habito. Si pudieras mirarme, te presentaría a quien se convirtió en tu suplente, igual de hermosa, igual de tierna, igual de viva, pronto, te hará compañía, espero que, se diviertan, así como yo, termino por divertirme.




lunes, 13 de junio de 2016

No soy un escritor



Llevo tiempo intentando entender a cada uno de los retazos de mi, que vagan por cada uno de los versos que se escapan de mi esencia, perdiéndome continuamente en analogías que me hacen sentir parte de algo, parte de aquella ternura que en ocasiones se refleja en mis ojos o ese miedo que se presenta cuando las ideas comienzan a aglomerarse. No soy un escritor, tan solo se escapar muy bien de la inmundicia en la que me he visto rodeado con el pasar del tiempo.

Me he compuesto de cada uno de los fracasos con los que termine perdiendo parte de mí, juntando mis pedazos en un gran trozo de agonía latente, ahí están cada una de las palabras que deje escapar en el momento inoportuno, cada uno de los amores a los que intente darle todo y termine quedándome sin nada, dispuesto a comenzar desde cero. No soy un escritor, tan solo soy alguien que aprendió a coser su cuerpo a medida transformaba sus dolencias en prosas.

En ocasiones aprendí a llorar sin que nadie viera mis lágrimas, olvidándome de reglas a seguir, como si el mudo fuese mío, aquí también hay partes de ti, parte de esos sueños que todos tenemos, parte de esos deseos que nos destrozan el alma, he juntado cada trozo de mi y, también hay partes de ella, de esa hermosa figura que canalizo lo mejor de mí y se tomo el tiempo de destruirlo. No soy un escritor, tan solo soy alguien a quien la realidad le parece tan insignificante, que transforma su vida en historia.

A medida mi cuerpo sangraba por aquellas cicatrices que me dejaban los recuerdos, también observaba las partes más dañadas, donde jugaba al suicida que alguna vez se había enamorado y miraba en cualquier mujer, el rostro que mas había odiado, revolcándome con tantos amores artificiales, que me termine perdiendo sin darme cuenta, volviéndome la basura que siempre quise evitar ser. No soy un escritor, tan solo soy alguien que de cada error cometido, creo un cuento de terror.



Soy alguien que se atrevió a gritar, por que las voces que estaban en mi cabeza, no dejaban que las ideas terminaran de formarse, soy alguien que con el licor encontró la forma de purificar sus heridas, alguien que transformo cada letra en una droga para mentirme a mí mismo y convencerme de que aun me queda algo por hacer. No soy un escritor, tan solo se morir de apoco, con cada noche que me abraza, con cada amanecer que me despierta, con cada beso que dan a mis labios, con cada caída que deja marca en mis rodillas.

Así que no me digan poeta, tan solo llámenme por mi nombre, cuando me lean, no piensen en un escritor, piensen en un ser humano que aun no sabe que necesita, cuando miren a un extraño llorando en la calle, piensen en mí, como si estuviese en mi habitación escribiendo, cuando vean a un sujeto con una mirada perdida hacia el horizonte, piensen en mí, como cuando me pierdo en medio de ideas bizarras y amores clandestinos.

No soy un escritor, solo soy alguien en constante pelea conmigo mismo, enfrentando una batalla que no podre ganar, entre inmoralidades, maldiciones, malas palabras y caricias ciegas, entre sonrisas y lagrimas, entre amores y odios, entre tinta y sangre.

jueves, 9 de junio de 2016

¿Qué será de ti?



Cuando decida marcharme, cuando no baste pensarte para aferrarme a esta vida, cuando los segundos pasen y el asco inunde mis venas por que el amor se digno a abandonar mi cuerpo, cuando todo lo que pueda ofrecerte se vea de un modo oscuro, por salir a flote las ganas de matarme que intentaba ocultar con los “te amo” que te susurraba al oído, pretendiendo hacerme el fuerte, cuando me canse de ignorar este enorme vacío… ¿Qué será ti?

¿Vas a maldecirme por dejarte sola? como si no hubiese tomado en cuenta tus sentimientos o ¿me culparas de ser egoísta? por deshacerme de lo único que creíste haber amado, ¿iras llorando a mi funeral diciendo lo mucho que vas a extrañarme? O ¿me llevaras flores teniendo en mente que sabias que eso ocurriría? ¿Cantaras mis canciones favoritas al viento? Como si desde algún lugar yo pudiera escucharte o ¿recitaras mis mejores poemas en honor a lo que hacía en vida?

Cuando me convierta en uno de los personajes de mis relatos… ¿Qué será de ti?

¿Te desangraras como yo lo hago ahora por tu ausencia? ¿Sentirás un vacio similar al que siento cuando tus caricias me hacen extrañarte más? ¿Escribirás las cosas que jamás me dijiste mientras vivía? ¿Te lamentaras por querer hacer tantas cosas que ahora… simplemente dejas pasar? Cuando todas las oportunidades se agoten… ¿Qué será de ti?



Cuando mi cuerpo comience a podrirse bajo tierra ¿te darás cuenta del tiempo que hemos perdido?

Cuando los gusanos comiencen a consumir la putrefacción de mi cuerpo ¿pensaras en todos los besos que ya no podre darte?

Cuando leas mi carta suicida ¿pensaras que podrías haberlo evitado?

Cuando los días pasen ¿seguirás sintiendo en tu pecho las lágrimas que tantas veces me viste derramar sin hacer nada?
Cuando quieras decir algo bueno de mí ¿llegaran a tu cabeza aquellas preguntas que te hago hoy?

¿Qué será de ti… cuando te des cuenta que todo lo que podrías haberme dicho tan solo se convertirán en palabras que gritaras a la nada?

Cuando el tiempo corra, cuando alguien más llegue a secar tus lagrimas, cuando descubras que puedes amar nuevamente, cuando te des cuenta que eres tan indiferente contigo misma como para no importarte que manos acaricien tu cuerpo ¿pensaras en mi como el hombre que te amo más que a la propia vida? O ¿dejaras que solo me convierta  en ese hombre que ocupara unos vagos buenos momentos en tu mente?

Dime… ¿qué será de ti cuando te des cuenta, qué ese que mataba por ti, murió por la misma causa?



miércoles, 8 de junio de 2016

En mi interior




Hay ocasiones al despertar, donde siento como si todo fuese irreal, como si las cosas ante mi fuesen a disolverse con el tacto, como si mis ojos pudiesen deshacer todo aquello que toco con la mirada, como si no perteneciera a este mundo o el mundo, fuse algo tan fugaz, como esas pequeñas ideas que con el tiempo olvidamos, así, siento que yo, también podría terminar por desaparecer, como si fuese un rastro de polvo y alguien… simplemente soplara.

A veces las fuerzas abandonan mi interior, otras cosas ocupan su lugar, las dudas desaparecen, las ganas se difuminan con idean matizadas con presagios de insatisfacción que nunca se hacen realidad, como si todo dejara de ser lo que es, como si a mi pecho se le hubiese olvidado guardar mis emociones por las noches y despertara vacio, como si a mi cabeza se le hiciera imposible acumular sensaciones, hasta mi cuerpo se siente extrañado con las caricias el viento.

Al mirarme en el espejo, me doy cuenta que en mi interior habita alguien más, alguien que por momento se ocupa de hacerme sentir incomodo conmigo mismo, alguien que, al mirar directamente a mis ojos puede notarse, se roba mis sentimientos y los esconde lejos de mí, en aquellos lugares que temo visitar, para no despertar recuerdos que yacen dormidos en los brazos del olvido, como si mi enemigo viviera dentro de mí, me conozco y me desconozco al mismo tiempo.

Las cicatrices que más duelen, las llevo en mi mente, tienen fechas y algunas van acompañadas de pequeñas fotografías, todo eso paso a formar parte de una nada rotunda, realmente no sé si el vacio que siento se debe a como haya despertado, pero me encuentro sentado en el borde de un abismo, sin temor a caer y debajo todo pasa muy lento, como si el tiempo no corriera, justamente eso, es lo que hace que un día sea recordado u olvidado completamente, cuando el tiempo se detiene o cuando pasa más rápido, es ahí cuando más atención prestamos.



Sé que tengo sueños, sé que tengo metas por seguir, sé que me he creado un camino, que hay temores en mi interior, que ahí están un montón de maldiciones escritas y otros textos más desordenados esperando a ser plasmados, pero olvide donde estaba el interés para cada una de ellos, no hay lagrimas, no hay sonrisas, no hay nada que me haga sentir que estoy o que he estado vivo, soy como un fantasmas sin recuerdos, al menos lo que tengo para comentar se siente como si no fuese parte de mi, mis dedos se mueven y solo aquí, me siento real, cuando despego los ojos de la pantalla, de nuevo me siento desorbitado, desconectado, perdido.

En mi interior, se que ahí, donde nadie logra ver mas allá de una sonrisa fingida, esta esa cosa, esta ese ser deforme que estando frente al espejo toma mi forma, esa cosa amorfa que se quiere parecer a mí, pero que sus ojos hablan y lo delatan, yo lo sé, se que se va llevando de mi todo aquello que conozco, todo aquello que experimento, sé que me habla en ocasiones y logro escucharlo, aleja de mi las suposiciones de felicidad que conservo para poder sonreír, como si de verdad me sintiera bien, pero todo el mundo me culpa, me convierten en el culpable de este vacío que no deja de crecer.

Nadie lo nota, pero en este punto, creo que también desapareció aquella ansiedad que me agitaba, cuando me señalaban por cosas que yo realmente no quería sentir, mientras yo estoy aquí observando cómo mis dedos se mueven sin ganas, como el tiempo pasa sin notar que me hago viejo con cada segundo que me abofetea el rostro, en mi interior, esta eso que me hace sentir irreal, eso, que ha convertido mi vida en un sueño de mal gusto.


martes, 7 de junio de 2016

He vuelto a soñarte.



Después de tantos años, después de creer que me había olvidado de ti, mi cabeza viene y me hace esta pequeña broma, viene a recordarme que tú fuiste un “para siempre” que la vida parece querer recordarme, cada vez que el olvido se posa sobre tu nombre, no creo que sea coincidencia, aunque tampoco creo que tu pienses lo mismo que yo, por que de ser así, no aguantarías tanta locura, después de todo, eso fue lo que paso conmigo, te cansaste de tan pocos momentos de cordura que había en mi.

He vuelto a soñarte, tan delicada, tan cautivadora, tan malditamente feliz, que me enfermas en este momento, me llenas de odio sin saber a qué odiar, me llenas de algo que no sé como catalogar, no sé qué tan confundido debo estar para creer que estoy perdiendo la cabeza, ni que tan estúpido debo ser para creer que un sueño, significa más que eso, pero déjame creer, pero déjenme creer por un instante, que soy ese jodido idiota que piensa que ha sido una señal, para saber que tu también me piensas, que tu también me extrañas,  aunque no vuelva a buscarte, déjenme creer que desearías que eso pasara y… que si llegas a leerme, te preguntes si esto es contigo.

Ya no me quitas el sueño por las noches, he aprendido a amar otras cosas, descubrí que existía este mundo gracias al vacio que dejaste una vez, queriendo llenarlo constantemente, escribo, ahora simplemente no puedo dejar de hacerlo, llegando a creer, que lo único bueno que me dejaste, fueron las ganas de todo, menos de ti,



También me enamore de los pequeños detalles, me enamore de las cosas que por lo general nadie más nota, voy por la vida apreciando las “comas” mal puestas, después de todo, voy por la vida sin quererla, de hecho, no nos llevamos muy bien, somos como hermanos pequeños cuando no quieren hablarse, convivimos, pero una que otra vez decidimos ignorarnos, no pretendo culparte, ni culpar a nadie, la culpa la tienen unas manos cansadas, unos pasos en falso, unas cuantas mentiras, unos cuantos sueños, unas cuantas promesas.

Cuando desperté, creí que eso que sentía en mi pecho eran ganas de llorar, pero misteriosamente, sonreí, aunque aun no descubro si por haber despertado o por haberte soñado, si por haberte abrazado una vez más o por darme cuenta que solo era un sueño, si por haber escuchado una vez más tu voz sin sarcasmos u ironías o por darme cuenta que justamente todo había sido un sueño, del que desperté cuando decidiste creer, que yo no era el indicado para ti.

Y realmente he llegado a pensar, que no se ser el indicado para nadie, mi significado del amor, hace que el amor deje de parecer lindo, aunque hace que parezca un poco más real, después de todo, no hay nada mas imperfecto en la vida, como el amor; tan solo unas mentes tan retorcidas y manipuladoras como la de los poetas, hacen del amor algo tan maravilloso y tan simple, como para que cualquier estúpido como yo, crea que ama, al fin y al cabo, somos una mentira que con el tiempo nos vamos volviendo verdad,  porque olvidamos la razón por la que mentimos.

Y si he vuelto a soñarte, quizá es porque eso de que el tiempo no cura las heridas, es verdad, después de todo el nos da y nos quita, nosotros decidimos que hacer con lo que tenemos o qué hacer con lo que se nos va, me gusto haberte saludado en mis sueños, ahí, donde todavía eras esa chica perfecta e imperfecta a la vez, esa cosa que aprendí a no repudiar, tan solo porque te di tanto mi, que odiarte, seria odiarme a mi mismo.