lunes, 13 de junio de 2016

No soy un escritor



Llevo tiempo intentando entender a cada uno de los retazos de mi, que vagan por cada uno de los versos que se escapan de mi esencia, perdiéndome continuamente en analogías que me hacen sentir parte de algo, parte de aquella ternura que en ocasiones se refleja en mis ojos o ese miedo que se presenta cuando las ideas comienzan a aglomerarse. No soy un escritor, tan solo se escapar muy bien de la inmundicia en la que me he visto rodeado con el pasar del tiempo.

Me he compuesto de cada uno de los fracasos con los que termine perdiendo parte de mí, juntando mis pedazos en un gran trozo de agonía latente, ahí están cada una de las palabras que deje escapar en el momento inoportuno, cada uno de los amores a los que intente darle todo y termine quedándome sin nada, dispuesto a comenzar desde cero. No soy un escritor, tan solo soy alguien que aprendió a coser su cuerpo a medida transformaba sus dolencias en prosas.

En ocasiones aprendí a llorar sin que nadie viera mis lágrimas, olvidándome de reglas a seguir, como si el mudo fuese mío, aquí también hay partes de ti, parte de esos sueños que todos tenemos, parte de esos deseos que nos destrozan el alma, he juntado cada trozo de mi y, también hay partes de ella, de esa hermosa figura que canalizo lo mejor de mí y se tomo el tiempo de destruirlo. No soy un escritor, tan solo soy alguien a quien la realidad le parece tan insignificante, que transforma su vida en historia.

A medida mi cuerpo sangraba por aquellas cicatrices que me dejaban los recuerdos, también observaba las partes más dañadas, donde jugaba al suicida que alguna vez se había enamorado y miraba en cualquier mujer, el rostro que mas había odiado, revolcándome con tantos amores artificiales, que me termine perdiendo sin darme cuenta, volviéndome la basura que siempre quise evitar ser. No soy un escritor, tan solo soy alguien que de cada error cometido, creo un cuento de terror.



Soy alguien que se atrevió a gritar, por que las voces que estaban en mi cabeza, no dejaban que las ideas terminaran de formarse, soy alguien que con el licor encontró la forma de purificar sus heridas, alguien que transformo cada letra en una droga para mentirme a mí mismo y convencerme de que aun me queda algo por hacer. No soy un escritor, tan solo se morir de apoco, con cada noche que me abraza, con cada amanecer que me despierta, con cada beso que dan a mis labios, con cada caída que deja marca en mis rodillas.

Así que no me digan poeta, tan solo llámenme por mi nombre, cuando me lean, no piensen en un escritor, piensen en un ser humano que aun no sabe que necesita, cuando miren a un extraño llorando en la calle, piensen en mí, como si estuviese en mi habitación escribiendo, cuando vean a un sujeto con una mirada perdida hacia el horizonte, piensen en mí, como cuando me pierdo en medio de ideas bizarras y amores clandestinos.

No soy un escritor, solo soy alguien en constante pelea conmigo mismo, enfrentando una batalla que no podre ganar, entre inmoralidades, maldiciones, malas palabras y caricias ciegas, entre sonrisas y lagrimas, entre amores y odios, entre tinta y sangre.

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