Hay ocasiones al despertar, donde
siento como si todo fuese irreal, como si las cosas ante mi fuesen a disolverse
con el tacto, como si mis ojos pudiesen deshacer todo aquello que toco con la
mirada, como si no perteneciera a este mundo o el mundo, fuse algo tan fugaz,
como esas pequeñas ideas que con el tiempo olvidamos, así, siento que yo,
también podría terminar por desaparecer, como si fuese un rastro de polvo y
alguien… simplemente soplara.
A veces las fuerzas abandonan mi
interior, otras cosas ocupan su lugar, las dudas desaparecen, las ganas se
difuminan con idean matizadas con presagios de insatisfacción que nunca se
hacen realidad, como si todo dejara de ser lo que es, como si a mi pecho se le
hubiese olvidado guardar mis emociones por las noches y despertara vacio, como
si a mi cabeza se le hiciera imposible acumular sensaciones, hasta mi cuerpo se
siente extrañado con las caricias el viento.
Al mirarme en el espejo, me doy
cuenta que en mi interior habita alguien más, alguien que por momento se ocupa
de hacerme sentir incomodo conmigo mismo, alguien que, al mirar directamente a
mis ojos puede notarse, se roba mis sentimientos y los esconde lejos de mí, en
aquellos lugares que temo visitar, para no despertar recuerdos que yacen
dormidos en los brazos del olvido, como si mi enemigo viviera dentro de mí, me
conozco y me desconozco al mismo tiempo.
Las cicatrices que más duelen,
las llevo en mi mente, tienen fechas y algunas van acompañadas de pequeñas
fotografías, todo eso paso a formar parte de una nada rotunda, realmente no sé
si el vacio que siento se debe a como haya despertado, pero me encuentro
sentado en el borde de un abismo, sin temor a caer y debajo todo pasa muy
lento, como si el tiempo no corriera, justamente eso, es lo que hace que un día
sea recordado u olvidado completamente, cuando el tiempo se detiene o cuando
pasa más rápido, es ahí cuando más atención prestamos.
Sé que tengo sueños, sé que tengo
metas por seguir, sé que me he creado un camino, que hay temores en mi
interior, que ahí están un montón de maldiciones escritas y otros textos más
desordenados esperando a ser plasmados, pero olvide donde estaba el interés
para cada una de ellos, no hay lagrimas, no hay sonrisas, no hay nada que me
haga sentir que estoy o que he estado vivo, soy como un fantasmas sin
recuerdos, al menos lo que tengo para comentar se siente como si no fuese parte
de mi, mis dedos se mueven y solo aquí, me siento real, cuando despego los ojos
de la pantalla, de nuevo me siento desorbitado, desconectado, perdido.
En mi interior, se que ahí, donde
nadie logra ver mas allá de una sonrisa fingida, esta esa cosa, esta ese ser
deforme que estando frente al espejo toma mi forma, esa cosa amorfa que se
quiere parecer a mí, pero que sus ojos hablan y lo delatan, yo lo sé, se que se
va llevando de mi todo aquello que conozco, todo aquello que experimento, sé
que me habla en ocasiones y logro escucharlo, aleja de mi las suposiciones de
felicidad que conservo para poder sonreír, como si de verdad me sintiera bien,
pero todo el mundo me culpa, me convierten en el culpable de este vacío que no
deja de crecer.
Nadie lo nota, pero en este
punto, creo que también desapareció aquella ansiedad que me agitaba, cuando me
señalaban por cosas que yo realmente no quería sentir, mientras yo estoy aquí
observando cómo mis dedos se mueven sin ganas, como el tiempo pasa sin notar
que me hago viejo con cada segundo que me abofetea el rostro, en mi interior,
esta eso que me hace sentir irreal, eso, que ha convertido mi vida en un sueño
de mal gusto.
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