martes, 31 de mayo de 2016

Sin Corazón




Estaba pensando en dejarte ir, en escribir una carta y tratar de comprender que dejaste de ser mía, que jamás lo serás, que ya caduco el tiempo donde alguien como yo se siente cómodo viviendo de una mentira, hoy solo me carcome tu esencia, solo me maldicen tus caricias, solo me desgasto con sutiles espasmos orgásmicos en nuestros ya cansados encuentros pasionales, que por costumbre, ya ni improvisamos una nueva forma de quitarnos la ropa, solo disfrazamos nuestro capricho de no rendirnos, con charlas a bajo volumen, pero ya basta, ya no hay razón para seguir ocultando un “adiós” detrás de esos besos que solo secan el alma.

Romperé los marcos donde nuestras fotos colgaban, quemare cada recuerdo que me quede de ti, lanzare a la basura todos los “te quiero” que se quedaron al lado de mi cama y me marchare, no con odio hacia ti, sino, odiándome cada segundo mas, por no tener las fuerzas suficientes, para seguir intentando crear el mundo que tantos nos habíamos prometido, pero se calcinaron aquellas promesas, se desvanecieron aquellos sueños, a tal punto que… no logro recordar el momento exacto en el que comenzaron a nacer las cartas de amor con tu nombre.

Me voy, sin saber a dónde caminar, dejando aquellas fotografías que te recuerden a mí, a un ser lleno de defectos que se olvido de ellos por un momentos, para admirar por completo la supremacía de se ocultaba debajo de unas cuantas miradas entristecidas, por lo que le había tocado vivir.



Las verdades que ayer nos habían juntado hoy se sienten como mentiras, mentiras que dañan el palpitar de un corazón que se canso de reconstruirse cada noche, solo, porque ya no había tiempo de dedicarse a las mismas cosas de siempre, ya no había tiempo para dedicarse a los mismos detalles pequeños que nos habían enamorado, la juventud escapo por nuestros ojos, la dejamos correr libre mientras nos quedábamos prisioneros dentro de nuestros cuerpos marchitos, hediondos a cotidianidad.

No fue que me haya aburrido de ti, de tu cuerpo, de tus palabras, no. Me aburrí de tu ausencia, no esa que se produce cuando los cuerpos se separan por largo tiempo, esa se puede soportar a medida nos convencemos de lo que sentimos y ayudamos al otro a confirmar nuestros sentimientos, no, esa distancia se rompe, pero esa ausencia que nace cuando se duerme en la misma cama, hace que un alma deje de sentirse querida.

Sentía que extrañaba tus besos, aun cuando nuestros labios se juntaban con aparente sincronía,  extrañaba tu voz, dulce, tranquila, cínica por momentos, extrañaba tu compañía, aunque cada día nuestras miradas se cruzaran tratando de mostrar simpatía, la costumbre te hizo aceptarme, en cambio, a mí, la costumbre me hizo saber que ya no esperabas mas de nosotros, que ya no esperabas mas de mí, porque creías que lo había dado todo, que ya nada podría sorprenderte, por eso me voy, para que le des a alguien más, la oportunidad que en sus momentos, yo tuve, ya es tiempo de que comiences a vivir una vez más.

Me voy, sin dejar de amarte, me voy, para que vuelvas a amar, me voy, dejando mi corazón a tu lado, pues no le sirve a alguien que escapa del mundo, sin intención de usarlo nuevamente, vacio, el amor que radica en mi ahora es vacio, porque lo dejo todo en esta despedida, para que con lo que te quede, hagas feliz a otros brazos, llenes ese vacío que no sabias se había formado en ti. Me voy, para que tú seas feliz.


domingo, 29 de mayo de 2016

Tu Presencia



Ha pasado tiempo desde que logre sentirme tranquilo, la verdad, temo por el momento donde llegue a perder el control, donde mis manos ya no puedan narrar sobre ese lado que en ocasiones, trato de ocultar al mundo exterior, mostrando pequeños prestigios en algunas de las prosas que lleguen a salir a flote, pasando por ese mar acuoso que no siempre trae consigo pensamientos aceptables, ni siquiera por mí mismo, pero por más raro que parezca, algo siempre se mantiene intacto en mi cabeza, a veces llega en forma de reclamo, en ocasiones como consuelo, pero siempre esta, tu presencia, siempre está conmigo.

Quizá no sea el típico hombre enamorado, que trate de impresionarte a cada momento, con comentarios ingeniosos, con obsequios adornados con cartas de amor, con globos o peluches, tampoco soy como esos hombres de los que lees en los libros o existen en las películas, mucho menos trato de ser como uno, quizá ni sepa como verte a los ojos la mitad del tiempo y puede que mas sean las veces que los nervios me traicionen, no soy la persona que siempre podrá brindarte charlas interesantes o chistes oportunos y no, no siempre habrá un poema debajo de tu almohada al dormirte o despertarte.

No sabré como solucionar todos tus problemas, ni si quiera sé cómo solucionar la mitad de los míos, no pretendo inventarte mundos de fantasía donde sería perfecto llevarte, sé muy bien que esas cosas solo existen en nuestra imaginación, la realidad, está llena de rutinas, de monotonías, de ideas que no siempre se completan, no soy el hombre indicado para ti, lo sé y quizás, tu también lo sabes, incluso primero que yo.

No quiero hacer del mundo un lugar mejor para ti, querer eso, seria entregarte un mundo aburrido, sin alegrías, sin sufrimiento, sin calma, sin caos, todos necesitamos del dolor para saber que sabor tiene la alegría, por eso solo quiero que aprendamos a ser mejores, juntos, para enfrentar al mundo y mostrarle que, no necesitamos estar hechos el uno para el otro para caminarlo, no necesitamos ser iguales para observar lo que nos ofrece, que no tenemos que ser perfecto para conocer la perfección de los pequeños instantes… que si puedo mostrarte.



Te ofrezco mi realidad, el hombre que detrás de los defectos, detrás de sus dudas, te guarda ahí, detrás de sus ojos, ese que quizá no llegue a notar tus zapatos nuevos, pero si se dará cuenta cuando necesites un abrazo, no te llevare a un lugar elegante lleno de gente, te llevare a un lugar alejado, donde podamos comer tranquilos, observando las flores, mirando algún rio, detallando las nubes, escuchando el viento, escuchándote a ti y no a lo que otros opinen sobre lo nuestro.
 
Quizá no pueda darte algo que luzcas frente a tus mejores amigas, pero puedo darte algo que luzcas para ti misma, algo que te llene a ti y no que llene a los que te rodean.

Soy este hombre enamorado, que cuando se quede sin palabras, podrá leerte, que aun cuando este cansado, podrá escucharte, que sin importar cuál sea la hora, querrá mirarte, que sin importar como te levantes cada mañana, se seguirá impresionando por que una mujer como tú, este al lado de alguien como yo.

Te ofrezco el presente, sin sueños, sin una promesa de eternidad, habrá momentos que parecerán eternos, habrán segundos que no querremos que terminen y habrán días que vamos a desear no hubieran existido, pero cuando te canses, cuando grites que todo ha sido en vano, cuando llores por que las dudas llegaron a ti, yo voy a seguir aquí, en el mismo lugar, sintiéndome orgulloso de lo que eres, de lo que somos, creando la oportunidad, de que puedas enamorarte de mí, cada día.

Te ofrezco… nuevas rutinas cada cierto tiempo, nuevas aventuras dentro de nuestra habitación,  un amigo cuando no quieras que te toquen, un amante para cuando la pasión se nos escape por los poros; no siempre voy a ser el hombre perfecto, no siempre vas a ser mi mujer perfecta, pero siempre… vas a estar ahí, tú presencia, siempre estará conmigo



jueves, 26 de mayo de 2016

No Sé Si Fue Tu Delicadeza



Hola...

Realmente comenzar a hablar de ti representa un gran reto, no porque no sepa como comenzar, como siempre, terminar será el problema, así como comenzabas tomando vida en mis noches solitarias, detener aquel rodaje excitante siempre me complicaba las noches, prefería soñar contigo despierto, así no lograbas sorprenderme, siempre deteste las sorpresa, soy un amo rotundo del control y sin embargo, tú me haces perderlo a cada momento.

No sé a dónde se iba mi conciencia cuando te miraba, lo peor de todo, es que nunca supe si realmente estaba enamorado de ti, lo único cierto es que aun ahora, no soportaría perderte, después de tener la rosa más hermosa del jardín para mí, no me permitiré dejarla libre de nuevo;  lo lamento en cierto punto ya que jamás quise privarte de tu libertad, pero al fin y al cabo todos somos prisioneros de algo, yo prisionero de tu belleza, tu, prisionera de mis ganas de ti.

No sé si fue tu delicadeza al tratarme, el brillo que se escapaba por tus ojos cuando hablabas de algo que te apasionaba, esas caricias que parecían dejarle mensajes subliminales a mi cuerpo o esos besos, oh, esos besos que incitaban disimuladamente a tomarte sin importar el lugar donde estuviéramos, quizá eso nos caracterizaba como una pareja extraña, pero qué más da que el mundo nos viera de reojo, si tus gemidos iban a la par con mis deseos.



Tu caminar era una oda a lujuria, pero no sé si era por tu delicadeza o esa ternura que caracterizaban tus movimientos, que me hacían sentir más vivo. Tu silueta bajo la luz tenue de mi perversidad, dejaba resaltar esos hermosos senos, esperando por mí, por estos labios que proclamaban tu nombre cuando te alejabas y alababan tu cuerpo cuando te tenia, cuando te iba desnudando con aquella delicadeza que te gustaba descubrir el cuerpo. Danzar era nuestro ritual a la hora de hacer el amor.

Donde mis manos buscaban tocar algo más que tu pecho, algo más que tu intimidad, siempre tuviste esa peculiar cualidad de hacer que me olvidara de mi cuando te tenía en frente, era yo, el hombre más afortunado del mundo al probar los manjares que ofrecía tu piel, desde el día que también fui capaz de robar tu inocencia, con el primer beso, con la primera caricia, con la primera noche juntos, que revivía constantemente cuando me inventaba mas noches contigo, para soportar la soledad.

Francamente, sabía que no soportaría mucho seguir pasando las noches solo conmigo, estar lejos de ti me volvía cada segundo, un poco más insoportable, necesitaba estar en ti, calmar los susurros en mi cabeza con tus delicadas manos masturbando mi ego y haciéndome eyacular palabras de amor,



Necesitaba de aquella niña consentida en la que te convertías, para conseguir las cosas que se proponía, de manera indirecta soy yo el que está siendo dominado por ti, a pesar de ser tú la que se vea obligada a seguir llenando mi vacio.

No sé si fue tu delicadeza, la verdad. Pero fuiste tú quien me hizo enloquecer, fuiste tú la que me saco del entorno en que me había sentido cómodo, fue en ti en quien encontré la aceptación, incluso de mi mismo y, fue tu cuerpo, fue la perfección de tu cuerpo, la que me ha enseñado que en la vida hay cosas que vale la pena conservar, aun cuando parece que el tiempo quiere desvanecerlo y… a pesar del estado en que te encuentras, sigo sintiendo las mismas cosquillas que sentí, cuando aun tu respiración erizaba los vellos de mi nuca.

Adiós, tu amado… John.


miércoles, 25 de mayo de 2016

Crea Tu Mundo



¿Hay algo más satisfactorio que ser quien quieras ser cuando quieras serlo? El problema con esto habitualmente resulta ser que, perdemos nuestro verdadero horizonte, nos olvidamos de que realmente queremos, por querer lo que nos inventamos, pero, si buscamos escapar de nosotros mismos, es una vía razonable, después de todo, si llegamos a este punto, no hay muchas cosas que se pueda querer recordar de lo que fuimos o de lo que estamos dejando de ser.

Escribe, quieres intentarlo, pero tu cabeza se convierte en ese candado que no se abre para dejar salir tus ideas, desglosa las mentiras que siempre te dices frente al espejo y transfórmalas en una historia ¿cómo hacerlo? Engáñate… después de todo, hasta el día de hoy, has vivido engañándote para pretender estar de alguna manera, conforme. Conforme haciendo lo que se te obliga a hacer, conforme con aquello que terminas diciendo tan solo para no ser criticado, conforme con vivir de la manera que otros te dijeron que debías hacerlo ¿eres joven y vulnerable? Correcto, vulnerable pero no por ser joven, te lo han hecho creer.



Esconderse detrás de unas cuantas letras no te hace cobarde, si logramos crear nuestra realidad, porque no crearnos otra vida por un momento, un corto momento es lo que necesitamos para cambiar algo, llorar unas penas que no sean nuestras, reír de alegrías que imaginamos, pelear aquellas batallas que no nos pertenecen, a veces ahí, es donde se esconde un verdadero héroe, tergiversar ese vacío que nos quita el sueño, en algo que no deje dormir a alguien más, a veces es algo que puede hacerte desprender por un instante, de esa inseguridad que nos hace sentir solos.

Nos tomamos la tarea de convencernos de que estar en algún lugar vale la pena, de que las cosas son mejores de lo que parecen, porque alguien en su momento dijo que ver las cosas con optimismo nos llevaría lejos, pero ¿qué pasa con aquellos que tenemos los ojos cansados y la vista perdida? que no hayamos si no repulsión a donde quiera que clavamos la mirada, nos impregnamos del asco de los día a día, de soportar al mundo con sus mentiras, y algunos otros de tener que soportarse ellos mismos, porque no hacer algo interesante con tanto dolor o en su defecto, con tanto aburrimiento por la vida.



Somos actores, actores que no saben qué papel han recibido, personajes de libros que no saben en qué dirección moverse, he improvisan, improvisan sonrisas, amores, peleas, improvisan catástrofes, para entretener a alguien, para entrenar a un público que tampoco sabe lo que quiere, entonces… ¿por qué no comenzar a entretenerte a ti mismo?


¿Por qué no tomar esa arma que te haga ser notado? Así no tendrías que fingir soportar a todos, después de todo, todo villano tiene su final en su historia, pero al fin y al cabo es recordado por hacer algo. ¿Por qué no tomar una soga y suprimir todos aquellos pensamientos que te atosigan? Callar las voces a veces es solo una nueva oportunidad de sonreír antes de que todo termine. ¿Por qué no tomar el lápiz y ser todos los estados de ánimo que guardas dentro? así, los únicos que corren peligro, son aquellos que vivan dentro de tu mundo, dentro de tus mentiras, dentro de la persona que realmente eres. 

martes, 24 de mayo de 2016

Cúlpame…


Soy un desastre de emociones, ¿que podrías esperar de mi? tan solo cúlpame por tu desgracia y dispara contra mi todas tus verdades, también aquellas mentiras con las que te gustaría verme arder en el infierno de tus ojos, cúlpame y corre, corre para salvarte de tu desdicha al verme tirado en el piso, aun, contemplando la belleza de tu ser. Soy un susurro dedicado a tu silencio, una mala palabra en tu discurso elegante, así que cúlpame y pon a mi cargo, todas las lagrimas que has derramado y solo si quieres, todas aquellas que faltan por derramar.

Soy aquella cosa que no puede componerse, ese paso que siempre tropieza con la piedra del camino, solo porque quizá, me he encariñado con esa miserable piedra que me hace caer, si decidiste convertirme en la piedra de la que te has encariñado, no busques confort en los gritos que no logres entender, ni en los silencios que mal interpretes, porque aquí solo sobra dolor, para que selles todas tus sonrisas con un beso que no deje maldecir aquella blasfemia a la que hemos llamado vida.



Cúlpame por llenarme con imágenes desagradables e insultos a lo sagrado, maldíceme por quererte en medio de tanta basura y con toda esta basura que poseo en mi cabeza, aun querer darle nombre a los prestigios de humanidad que llevo dentro, me gusta apreciar la belleza natural, aquella que va enmarcada en blanco y negro, fantaseo con violaciones y asesinatos que al final, logran causarme orgasmos por las noches solitarias donde pienso en ti, donde pienso en las fotografías que te has tomado, que te he tomado y aquellas que desearía tomarte.

Soy un desequilibrado que solo encuentra equilibrio al escribirte a ti, al escribirle a cualquiera que sea capaz de ver a través de estas enfermas ganas de satisfacer mis gustos en la distancia y la miseria, si… solo se causar sufrimiento, cúlpame por no querer abandonarte a tu suerte y preferir que seas infeliz conmigo a que seas feliz con alguien más; voyerista por excelencia, perdido en unas cuantas palabras de amor que al final de cada texto pierden el sentido, porque sin sentido, termino escribiendo.



Cúlpame por ese sentimiento que despertó aquel día, así como me culpo yo, por dejar que ese mismo sentimiento naciera al verte, no es tu belleza la que me mantiene a tu lado desgarrándote la vida, es tu desorden el que vale la pena apreciar en medio de tanto desastre, después de todo, ¿que mas puedes esperar de un ser como yo? que sueña con hacerle el amor a la muerte, mientras los cuerpos inertes se acostumbran al frio que fueron entregados, cuando los abandono la vida.


Cúlpame por ese vacío que sientes en el pecho cuando miro en otras direcciones, por escribir a otros horizontes, ódiame mientras haces el amor con alguien más, pero aun así me recuerdas, escríbeme cuando quieras insultar a la vida, llámame, cuando quieras entregarte a la muerte, di mi nombre cuando quieras olvidarte de ti, que estaré esperando tu fotografía, acompañada de todo ese desastre que llevas dentro, para contar los escombros que el paso del tiempo, ha dejado en nuestros corazones.  


Modelo segunda fotografia: ANA GOMEZ




lunes, 23 de mayo de 2016

Letargo



Sin darme cuenta, estaba ahí, observando el infinito en una fotografía. Esperaba que por arte de magia algo dentro de mí despertara, que aquello que entraba por mis ojos pudiese otorgarme la duda de saber si seguía viviendo o simplemente vagaba en este mundo, como un ente que estaba destinado a derramar lagrimas, a componer tristezas, no encontraba razón alguna para mi letargo.

Cuando caminaba me gustaba imaginar que me dirigía a algún lugar donde siempre estuviese lloviendo, al menos así, el mundo expresaría lo que por las noches no me deja dormir, ese caos que termina por humedecer mis ojos; esta sátira donde vivía me confundía, no sabía si trataba de morir o por intentar vivir… moría, estaba perdido en aquellas pequeñas cosas que sin sentido me rodeaban, monumentos dedicados a mi bizarra obsesión, esa que me convertía en un narcisista artificial,  esa misma que camuflaba mis complejos con naturalidad, todo para hacerme caer de forma que nadie lo notara.

Mis sonrisas siempre terminaban por deformarse frente al espejo, de una manera grotesca siempre encontraba la forma de terminar odiando cada momento de felicidad, quizá por creer que si me aferraba a ellos, el golpe seria mas fuerte cuando la realidad me golpeara a la cara, con la misma delicadeza con la que una puta te regala muestras efímeras de afecto.



Aquella silueta que se notaba a contra luz, se había convertido en mi peor enemiga, hacia revivir caricias con las que había soñado por tanto tiempo que, al final de todo, solo se fue quedando el veneno, solo se fue quedando el vacio, solo se fueron quedando los besos que había guardado al lado de mi cama para estos momentos de soledad, donde ignoraba que la ausencia se había apoderado de todos aquellos abrazos que en su momento, fueron la gloria, ya que hoy solo son el preámbulo a la decadencia del alma.

Por estar buscando en aquellos ojos algo más que mi reflejo, termine desnudando mis emociones a quien solo supo tragarse mis cursilerías para escupirlas en el piso y burlarse de lo que una figura insípida como la mía, pudiera sentir. Ahora me pregunto si piensa en mí, después de ser yo quien escupió en sus suplicas al pedirme que la dejara ir.


Había tomado el habito de mirar al pasado, quizá por eso aun conservo su fotografía, para sepultar todos los días los sentimientos de culpabilidad que me invaden, por estar aquí, mirándola, sin saber que será de ella, sin sentir más sus falsas miradas compasivas o sus ojos desorbitados pidiendo ayuda.  Quizás mientras siga mirando el infinito, siga pidiendo piedad a mí mismo para acabar con aquello que odio, tan solo por ser lo que ella hubiese deseado, mi miserable existencia.


Modelo: NATASHA OKs

lunes, 16 de mayo de 2016

Entre Susurros (Ella)



Darle clasificación a mis sentimientos a menudo era un caso perdido, encontrarme conmigo misma por las noches era el momento que más detestaba, puesto que, acariciar y sentir mi cuerpo se había vuelto un habito poco atractivo, las voces me susurraban al oído, que era lo que necesitaba para controlar los demonios y no precisamente se trataba de los míos, sino los de aquella figura atemorizante que se postraba al borde de la cama, esperando tanto de mi ser, admirando tanto de mi cuerpo, con aquella mirada penetrante que yo tanto aborrecía.

Nunca supe cómo llamarle a lo nuestro si entre caricias apasionadas y palabras forzadas, no fuimos más que dos amantes que aprendían a despreciarse a medida descubrían más uno del otro, éramos un error de aquellos que no quieres corregir, oprimías mi llanto para luego lanzarme de un extremo a otro, mientras que mis estados de ánimo se encontraban igual de confundidos que nuestras lenguas cuando nuestros besos se extendían y sin saber por qué, no podía detenerme, aun queriendo alejarme, correr y gritar la repugnancia que me provocaba el estar al lado de alguien que apenas sabía algo de sí mismo.

No me tomo mucho tiempo darme cuenta que era como mirarme en un espejo, una versión que no sabría decir si mejorada o más precaria que la mía, acariciaba su cabello y notaba los gestos que se formaban en aquel rostro tan marcado por el tiempo, que se podían inventar miles de historias horribles sobre su vida, miraba aquellas manos que transmitían al tacto miles de sensaciones que no iban acorde con lo que mis ojos veían y tan solo esperaba el silencio, intrigada por todas las maldiciones que llegaban a mi mente.



El lugar donde siempre quise estar jamás fue al lado tuyo, pero realmente jamás quise estar en ningún otro lugar, por eso se me hace tan difícil el comprender por qué en este momento donde las sabanas me abrazan en la oscuridad de esta fría habitación, mi cuerpo pide a gritos el tuyo, tratando de entender como mis labios buscan incansablemente tu sabor en la boca de algunos extraños a los que he llamado amor por simple costumbre, ¿que tanto nos hemos engañado como niños malcriados? si no pertenecemos a ningún lugar, pero nuestros complejos caminan sin rumbo alguno... en la misma dirección.

Era fácil el imaginarme otro mundo, pero tan difícil que fuese uno donde no estuvieras, donde tus palabras no afectaran mis acciones o donde mis lagrimas no llevaran de alguna manera tu nombre, no fuiste indispensable para mi, jamás llegaras a ser indispensable y de la misma manera, yo tampoco llegare a serlo, pero con el pasar de las horas también pasan distintas preguntas por mi cabeza, es inevitable no intentar adivinar ¿en qué momento me estarás pensando?, pero fue tu ausencia la que me ha enseñado que de todos los motivos por el cual sentirme mal, el que mi lado de la cama este vacío, es el que más me ha costado asimilar.

Siempre deje que fueses el escritor de todas nuestras desgracias, mientras nos reíamos de la vida de aquellos que solo contaban sus virtudes, contaba tus defectos y los comparaba con los míos inventándome historias que jamás te contaba, pero donde siempre terminábamos desnudos uno al lado del otro, creando nuevas formas de destruirnos, armando aquellos juegos de rol donde pretendíamos ser personas distintas y así aburrirnos de nosotros, pero jamás de las mentiras con la que fantaseábamos cada noche.


Sentir como invadías mi cuerpo se volvió algo tan complejo, que perdería mi tiempo intentando explicar todas las malas palabras que se cruzaban por mi mente, todos aquellos insultos que con mis dedos escribía en tu pecho, todas aquellas aventuras que nacían entre mis piernas, donde le dimos otro significado a la manera de odiar de dos personas que aprendieron a convivir con algo que iba mas allá del cariño, cuando nos faltábamos el respeto y aun así sonreíamos, sonrisas que hoy se han convertido en lagrimas por todos aquellos chistes que perdieron la gracia, el mismo día que decidimos traicionarnos y creer que era mejor serle fiel a esta soledad que se ha vuelto tan vacía sin ti. 


miércoles, 11 de mayo de 2016

Entre Susurros (El)


Había comenzado a escuchar una melodía triste, una de esas tonadas que te hacen olvidarte del mundo y sin embargo, no había podido sacarte de mi cabeza, estabas ahí escondida de manera desagradable, a pesar de querer desecharte constantemente con toda la basura que guardaba entre susurros, para limitarme a escuchar el silencio de mis pensamientos mientras enloquecían por tu ausencia.

La ausencia de aquellas caricias desmembraban cada una de las partes de algo, que al carecer de etiquetas quisimos llamarle amor, esos juegos debajo de las sabanas donde describíamos nuestras propias realidades alternas, donde no sabía donde terminaba un cuerpo y comenzaba el otro, impregnados de toda aquella porquería a la que quisimos tomar como buenos recuerdos, hoy, no son más que aquellas imágenes filosas que desgarran nuestras bizarras ganas de desprendernos el uno del otro.

Nuestras manos danzaban buscando en la piel del otro aquellos trozos de humanidad que nos faltaban a nosotros mismos, completarnos, ante mis ojos, se fue convirtiendo en una desagradable forma de darnos cuenta lo miserables que somos, que fuimos y que seguiremos siendo sin importar cuantas veces nos sigamos viendo o cuantas veces tratemos de olvidar nuestros nombres al mentirnos, pretendiendo que otras pieles cubran nuestros errores, jugando a que no nos importamos y sin embargo no poder dejar de pensarnos, de odiarnos y no poder dejar de extrañar las nauseas que nos provocábamos al amanecer uno al lado del otro.

Me volví un filántropo entre tus senos, amando sin darme cuenta de que sucedía a mis espaldas, fuiste como un borrador de esencias que mientras más veces me perdía entre tus caderas mas iba olvidando de lo que había sido de mi en los últimos años, quizá por la ausencia de palabras bonitas o el exceso de insultos que nos llevaron a confundirnos y terminar por asquear lo que había comenzado sin sentido.

Mi cuerpo se estremecía por cada puntada que recibía mi pecho al tocarte, por deslizar mis manos por tu cabello y conjugar versos oscuros alrededor de tu cuello, por desvestirte entre poemas y prosas que mostraban lo decadente y vacía de nuestras vidas, relatando párrafos amorfos de cortesía de la cual terminábamos riéndonos por no encajar en aquello que todos conocían perfectamente, la vida.

Mi falta de caballerosidad surgió al momento de darme cuenta que no llegaríamos a ningún lado, pero como negarme a unos últimos besos aun cuando nuestros cuerpos ya se habían aburrido al contacto de nuestras envejecidas pinceladas grotescas, que intentaban hablar, a pesar de que el tiempo se había encargado de dejarnos mudos.

Las bestias que rondaban en mi habitación siguen preguntando por ti, por todos aquellos momentos que te vieron llorar mientras te hacia mía, soportaba aquellas lagrimas bañando mi cuerpo, tan solo por seguir sintiendo tus manos en mi pecho, mostrándome lo insignificante que era al terminar por rendirme ante un deseo tan precario como lo es el necesitar una compañía y aun así, no saber si fue amor, odio o insuficiencia aquello que nos unió o aquello que nos ha separado.

Sigo escuchando aquellos susurros que no me dejan dormir por las noches, aquellos que me cuentan las veces donde probábamos lo desconocido, noches donde llegue a explorar tu cuerpo al punto de conocerte mejor de lo que tú misma te habías conocido, noches donde mi lengua dibujaba los mejores cuadros eróticos en todo tu cuerpo, probando hasta la última gota de ti, tan solo para averiguar que tanto podía soportar, solo porque tenias ese toque tan absurdo, tan decadente que te hacia tan diferente al resto, pero fue así, con tus malditos defectos que termine por comprender que a pesar de inspirarme con tu ausencia, tenias mejor sabor que esta soledad que me mata lentamente.



martes, 10 de mayo de 2016

Silencio



Hace mucho tiempo que los minutos comenzaron a pasar de manera lenta, haciendo los días más pesados, las noches más largas, los instantes eternos, instantes oscuros que me toman por la garganta y presionan ese nudo que hace que las palabras no salgan, con voz quebrada y forzada a penas murmuro quejas que rebotan en las paredes de mi habitación, escuchando voces externas que laceran cada una de las heridas que exteriormente no pueden divisarse, quiero silencio.

Quiero ese silencio que por momentos me deje pensar que somos algo más que una ilusión fugaz en esta continua rutina autodestructiva con la que muchos sonríen por simple conformidad, mientras que otros buscan en cuentos de hadas la fe perdida que tienen en ellos mismo, títeres utópicos y fragmentados en conceptos moralmente estructurados, caricias dedicadas al desprecio que logran tenerse hacia ellos mismo aquellos que sueñan con ser algo más que la escoria en la que se han ido convirtiendo, sin el valor para gritarlo, hoy después de tanto gritar maldiciones hacia la nada, quiero silencio.

Miro el horizonte en ocasiones, tratando de encontrar en los detalles menos importantes una razón más fuerte por la cual no tomar todas mis emociones y ahorcarme junto a ellas observando cómo se cortan las venas una a una, hasta quedarme vacio, mas vacio, mas hueco, siendo un caparazón, que se va desmoronando con cada respiro y cada susurro que llega a mis oídos cansados de escuchar toda clase de mierdas repetitivas a la que la gente se aferra para catalogar aquellas cosas que no conocen, etiquetas bastardas que representan lo que ellos llegan a ver, pero no a sentir, no soy un escritor gritándole al papel, soy alguien que se canso del ruido interior y ruega un poco de silencio, alguien que esta noche dormiría tranquilo si no tuviera nada que decir y el papel que tengo al lado de mi cama se quedara en blanco.


No quiero escuchar el llanto de los desdichados que se han buscado sus fracasos, no quiero escuchar el llanto de aquellos que se dieron cuenta que sus mentiras fueron descubiertas, no quiero escuchar al hombre que ha sido infiel llorando por quedarse solo, ni a la mujer que llora en los brazos de su amante por no saber que hace con alguien que no la llena emocionalmente, basta de pseudo-escritores gritando falacias para ser leídos y basta de los moralistas tratando de censurar las cosas que se escapan de su racionamiento, basta del religioso que no puede guardarse sus oraciones para la oscuridad de su habitación y basta del ateo que grita la inexistencia de Dios, basta de mi y de toda esta animadversión que me llena. Basta de adulaciones por compromiso y basta de caricias frías en la cama de seres que no se aman, tan solo… quiero silencio.

lunes, 9 de mayo de 2016

Manos Vacias



Hubo un tiempo donde comencé a enriquecerme con promesas vacías, con argumentos trillados de los que siempre buscaba escapar, tratando de encontrar en el amor aquella parte que me faltaba, para terminar por descubrir que alimentarse de ilusiones solo ocasiona el suicidio de aquellos sueños que antes podían llegar a sacar sonrisas,  hoy tengo mis manos vacías, acariciando el aire con las mismas ganas que antes acariciaba un cuerpo, maldiciendo la ausencia y apreciando la compañía de mis atesorados tormentos.

Le he dedicado tantos poemas al viento, a la luna, a la muerte, que por las noches mis más aberrantes amantes no me dejan dormir, se acomodan desnudas a mi lado y acarician mis miedos, aunque por el tiempo que ha pasado, no logro reconocer siquiera alguno de mis temores, pues se han desvanecido con la misma esperanza que estaba por volverme loco y me volví un malabarista, que jugando con mis propias emociones para conseguir camuflar mis penas, nostalgias y lamentos.

Durante aquellas orgias que se desarrollaban en mi pequeño mundo, esas compañías me desnudaban lentamente, como si fuese una pieza delicada de porcelana, me dibujaban falsedades en los labios con los que pretendían doblegarme, cerraba los ojos y pretendían comprar mis lagrimas, mis risas, mis ideaciones malditas.



Mis manos vacías traían consigo el peso de todos los golpes que le había dado a mi frustración, mi pecho guardaba dentro cada golpe que recibía de un intento absurdo por no estar solo, pero cuando estoy solo, los únicos que sufren son los personajes que voy creando a medida van muriendo las otras partes de mi.

Me convertí en un vagabundo sin sentido, que compone con sus desgracias paisajes decrépitos y desagradables, en honor al desamor y la angustia que me dejo un tanto desorbitado, perdido y perplejo, no soy un muerto que camina, solo soy alguien que olvido como vivir.

El Amor no fue más que una parte de mí que me enseño a distraerme de algunas cosas, a darme cuenta cuanto puede llegar a cambiar alguien cuando se quiere y mejor aun, cuanto puede llegar a cambiar alguien cuando no se es correspondido.

jueves, 5 de mayo de 2016

Cautivo



Mire mi reflejo sumergido en tinieblas, suspire, mis manos eran ese instrumento que me convertía en Dios cuando nadie más veía, un Dios cruel y desalmado, semejante a esa silueta toda poderosa que se observa cuando toda esperanza se ha perdido; cada personaje que moría, cada caricia desvanecida en papel tenía el mismo propósito, satisfacer las aberraciones que pasaban por mi cabeza durante todas esas noches donde el alcohol se volvía parte de mí y yo por mi parte, me convertía en una pequeña gama abstracta de maldiciones distintas, surrealistas, donde los miedos eran un arma contra la cual luchar. Siempre me mantuve en cautiverio, después de crear a mi ángel más bello, escapo y ha querido tomar mi lugar, me ha hecho una persona desdichada dispuesta a pagar todo el odio que se le atraviesa con el folio.

Jamás me preocupe por esas nimiedades que las demás personas observaban, carecía de afecto, por lo que fue fácil el proceso que me hizo aislarme de todos, jugando a ser un misántropo y un acomplejado narcisista disfrutaba recreando historias en la pared de mi habitación, inventándome recuerdos para creer que era una persona distinta a la que mis ojos observaban a través del espejo, era omnipotente, omnipresente y omnisciente. Estaba en todos lados y nadie podía verme, podía decir quien nacía y quien moría y todos creían que era parte de la ley natural de sus vidas, les decía a quien adorar mientras que todos desconocían mi existencia, cortando el hilo de quien yo quisiera, haciendo sufrir a quien quisiera para sentir esas ansias de poder que unas cuantas letras otorgan al escritor, era una gran manera de distraerme, fingiendo ser ese escritor al que todos leían.



A solas el tiempo carecía de valor, era tan solo una ilusión que me hacia olvidar si había sentido hambre, odio, amor, era un ente que existía para satisfacer necesidades que no tenia, era una invención a la que le había dado el nombre de “John” para sentirme un poco más seguro en esta nada ambulante en la que me sumergía día con día, era tan solo un prisionero que se encontraba cautivo dentro de su propia mente, un hombre superficial que sabia tanto sobre el amor que había desarrollado su romance perfecto, ese con el que no espere jamás sufrir tanto por no poderlo hacer tangible, al final John, se fue quedando mas solo, mas cerrado, controlando unos hilos de los que nadie más sabia, descubrí lo que era el llorar, el significado de la tristeza derramándose por las mejillas, el Dios era casi humano, ¿Cuándo el Dios se convirtió en hombre? O ¿Cuándo el hombre dejo su humanidad para convertirse en Dios?


Deje el lápiz y me olvide de mí por un momento, me convencí de que… tan solo soy un punto negro en el espacio, algo que esta y nadie nota, eso soy, algo que al perder el sentido se volvió nada y ¿donde deje mi todo? En manos de la desesperanza, haciéndole el amor al olvido, cautivo.



miércoles, 4 de mayo de 2016

Ideacion Oscura



En medio del sin sentido del mundo, dos mitades luchan por el control de un cuerpo. Verdades a medias, ira descontrolada, desprecio incomprendido, amor injustificado; junto a este mundo de letras en blanco y negro.

He estado centrado por mucho tiempo en aquel rincón oscuro de mi habitación, ahí, donde mis pensamientos se van acumulando sin que nadie pueda acceder a ellos, escondiéndose de aquella luz que puedan mantener cegada a aquella ambición bizarra y obsesiva, que sueña con algún día terminar por devorar lo poco que me queda de aquellos días felices que algún día existieron, salir desde dentro y convertirse en la única esencia que me queda o más directamente, lo único que siempre he sido sin darme cuenta.



Agraviado he tomado un puñado de letras tratando de pedir ayuda, sin que nadie entendiese el verdadero mensaje, hoy, me he cansado de mensajes subliminales camuflados con alabanzas absurdas hacia lo que nadie más conoce, me he cansado de aquellas palabras cargadas con exceso de positividad que no son más que mentiras tergiversadas en lastima y una pequeña porción de más de lo mismo del mundo, nada que aportar a alguien que tiene tan poco que transmitir sobre sí mismo y sus incontables intentos por escapar de la realidad.

Acostado sobre aquella falsa serenidad he aprendido a llorar sin derramar lagrima alguna, por medio de protestas imaginarias y orgias malditas de todas estas emociones descontroladas, suicidas, que terminan muriendo cada día con cada respiro y cada palabra que se tragan, asesinos que vacilan constantemente en como arrebatarle la vida a algún familiar o a algún desconocido que camina por la acera del frente; tantos mundos distintos dentro de una misma persona.



La mujer asqueada de su cuerpo por las incontables marcas que les ha dejado el destino, el niño agotado de los maltratos de sus padres, encontrando una salida con sus amigos imaginarios, el anciano que por su falta de valentía a desgastado sus años de vida suponiendo hechos por no atreverse a intentar, la madre que termino por arrepentirse de haber tenido el niño y el hombre que se dio cuenta que era un mal padre al tener a su niña de ocho años ensangrentada debajo de el.


Todos escondidos en aquel rincón grotesco de mi habitación, lamentando la vida, entonando al unisonó los gritos de agonía que por las noches no me dejan dormir, posando el insomnio sobre mis ojos, así vivo, creando libros que nadie leerá, escupiendo verdades que nadie tomara en cuenta, vomitando sentimientos hasta quedarme vacio y así, cuando esos demonios se presenten y ya no quieran convertirse en historias, traeré el infierno a mi mundo y con el, el final de lo que se ha formado todas las noches al mirar la luna presentarse por la ventana de mis ojos.