Mire mi reflejo sumergido en
tinieblas, suspire, mis manos eran ese instrumento que me convertía en Dios
cuando nadie más veía, un Dios cruel y desalmado, semejante a esa silueta toda
poderosa que se observa cuando toda esperanza se ha perdido; cada personaje que
moría, cada caricia desvanecida en papel tenía el mismo propósito, satisfacer
las aberraciones que pasaban por mi cabeza durante todas esas noches donde el
alcohol se volvía parte de mí y yo por mi parte, me convertía en una pequeña
gama abstracta de maldiciones distintas, surrealistas, donde los miedos eran un
arma contra la cual luchar. Siempre me mantuve en cautiverio, después de crear
a mi ángel más bello, escapo y ha querido tomar mi lugar, me ha hecho una
persona desdichada dispuesta a pagar todo el odio que se le atraviesa con el
folio.
Jamás me preocupe por esas
nimiedades que las demás personas observaban, carecía de afecto, por lo que fue
fácil el proceso que me hizo aislarme de todos, jugando a ser un misántropo y
un acomplejado narcisista disfrutaba recreando historias en la pared de mi
habitación, inventándome recuerdos para creer que era una persona distinta a la
que mis ojos observaban a través del espejo, era omnipotente, omnipresente y
omnisciente. Estaba en todos lados y nadie podía verme, podía decir quien nacía
y quien moría y todos creían que era parte de la ley natural de sus vidas, les
decía a quien adorar mientras que todos desconocían mi existencia, cortando el
hilo de quien yo quisiera, haciendo sufrir a quien quisiera para sentir esas
ansias de poder que unas cuantas letras otorgan al escritor, era una gran
manera de distraerme, fingiendo ser ese escritor al que todos leían.
A solas el tiempo carecía de
valor, era tan solo una ilusión que me hacia olvidar si había sentido hambre,
odio, amor, era un ente que existía para satisfacer necesidades que no tenia,
era una invención a la que le había dado el nombre de “John” para sentirme un
poco más seguro en esta nada ambulante en la que me sumergía día con día, era
tan solo un prisionero que se encontraba cautivo dentro de su propia mente, un
hombre superficial que sabia tanto sobre el amor que había desarrollado su
romance perfecto, ese con el que no espere jamás sufrir tanto por no poderlo
hacer tangible, al final John, se fue quedando mas solo, mas cerrado,
controlando unos hilos de los que nadie más sabia, descubrí lo que era el
llorar, el significado de la tristeza derramándose por las mejillas, el Dios
era casi humano, ¿Cuándo el Dios se convirtió en hombre? O ¿Cuándo el hombre
dejo su humanidad para convertirse en Dios?
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