Blanco y Negro es un mundo centrado en la desesperación que puede sentir un individuo al encerrarse dentro de sus propios pensamientos, atrapado en mundo bizarro que logra crear una mente trastornada que busca un respiro por medio de las letras, el escape de su realidad, la depresión, el amor, el odio, el asco. Un conjunto de versos, maldiciones, cuentos personajes y pensamientos que por su desgraciada existencia a quedado en blanco y negro.
Suspendido me encuentro,
sintiendo la briza acariciando mi rostro, rozándome con sus pulcras manos de
seda, para purificar el espacio vacío debajo de mis ojos, esas bolsas agrias
que contienen todas las lagrimas que, aun no me he atrevido a derramar; paso a
paso en esta cuerda tan diminuta, a la que me toco llamar vida. Tendido sobre
el vasto infinito de suplicas y desasosiegos marginales, y mal agradecidos
recuerdos, que amenazan con derribarme y comenzar a caer, una vez más.
Colgando me encuentro, entre
tantas emociones nefastas, que agitan esta sensación maligna, sustituta de
caricias tiernas y besos apasionados; esa soledad incrédula, maravillada con el
egoísmo de un sentimiento neutro, un paso más cerca de la derrota, un segundo más
cerca del derrumbe, de todas aquellas ilusiones abrumadas por el frio de esos
roces grotescos, que me da el olvido y así, se descontrolan todas estas líneas
imaginarias, de vidas irreales, de muertes justificadas y promesas rotas.
La cuerda floja terminara por
romperse, mucho antes de conseguir divisar el final de un recorrido, que me la
paso describiendo en sueños, esos que terminan por ser una terrible pesadilla
al despertar, al sentirme igual que aquellas aves que jamás aprendieron a volar
o, alguna de esas aves que encerradas en una jaula, mueren de tristeza; mi
jaula, mi gran jaula esta creada por dolores de pecho, esos dolores de pecho
que se sienten tan dentro, que no hay calmante alguno que los detengan.
En esta cuerda floja, los ángeles
fueron desplumados y los demonios ciegos por la ira, lloraron por la desgracia
que me había tocado presenciar, sigo caminando, con dudas, dudas que me hacen
perder el equilibrio, mientras resignado me toca aceptar que, la esperanza tan
solo fue uno de los factores que, terminaron por volverme loco.
Si pudieras mirarme, no sabes la satisfacción
que se apoderaría de mí. Aun conservo tu ropa sucia acumulada en una esquina en
mi habitación, el cesto donde están tus pertenencias, conservando tu olor, resguardando
las últimas sensaciones que pudiste llegar a sentir en mi honor.
Los últimos gritos que se
aglomeraron en mi cabeza para ya, nunca poder olvidarte. Aun me masturbo
mientras acerco a mí, aquellas prendas que antes usabas, mi rostro se inmuta
ante el vaivén de imágenes morbosas que llevan tu rostro, mientras todo el
mundo se pregunta ¿Qué será de ti en este momento?
Todos caminan seguros, perdidos
en su cabeza, sin imaginar el tipo de desgracia que les puede deparar en cada
uno de sus pasos, el horror al que se acostumbraron mis ojos, termino por llevarse tu vida, complaciendo plenamente aquel instinto monstruoso que llevo dentro,
eso que camina por la calle sonriendo, regalando falacias a las niñas y
manteniendo amistades con sus padres, mientras participo en orgias mentales y
termino por eyacular sobre sus débiles mentes, mis incitaciones mas bizarras,
invitando a la muerte a cada encuentro, como cuando tu, esparciste sobre mi
cama, aquellas palabras de amor vacías.
Si pudieras mirarme, al menos podría
dejar de imaginarme tu mirada de odio y desprecio con la que te marchaste,
aquel odio que acariciaba mis intenciones mientras destrozaba toda esperanza
que yacía en tu vientre, es imposible
contener mi excitación mientras te escribo cartas, esperando limpiar mi
conciencia, ensuciando una vez más tu imagen.
Es aquí donde descargo mi
culpabilidad, mientras admiro otras manos, mientras observo otro cuerpo,
mientras paseo mis dedos por otra vida, dispuesta a entregarse a mí, para que
comience el ciclo autodestructivo en el que habitas, en el que habito. Si pudieras
mirarme, te presentaría a quien se convirtió en tu suplente, igual de hermosa,
igual de tierna, igual de viva, pronto, te hará compañía, espero que, se diviertan,
así como yo, termino por divertirme.
Llevo tiempo intentando entender
a cada uno de los retazos de mi, que vagan por cada uno de los versos que se
escapan de mi esencia, perdiéndome continuamente en analogías que me hacen
sentir parte de algo, parte de aquella ternura que en ocasiones se refleja en
mis ojos o ese miedo que se presenta cuando las ideas comienzan a aglomerarse.
No soy un escritor, tan solo se escapar muy bien de la inmundicia en la que me
he visto rodeado con el pasar del tiempo.
Me he compuesto de cada uno de
los fracasos con los que termine perdiendo parte de mí, juntando mis pedazos en
un gran trozo de agonía latente, ahí están cada una de las palabras que deje
escapar en el momento inoportuno, cada uno de los amores a los que intente
darle todo y termine quedándome sin nada, dispuesto a comenzar desde cero. No
soy un escritor, tan solo soy alguien que aprendió a coser su cuerpo a medida transformaba
sus dolencias en prosas.
En ocasiones aprendí a llorar sin
que nadie viera mis lágrimas, olvidándome de reglas a seguir, como si el mudo
fuese mío, aquí también hay partes de ti, parte de esos sueños que todos
tenemos, parte de esos deseos que nos destrozan el alma, he juntado cada trozo
de mi y, también hay partes de ella, de esa hermosa figura que canalizo lo
mejor de mí y se tomo el tiempo de destruirlo. No soy un escritor, tan solo soy
alguien a quien la realidad le parece tan insignificante, que transforma su vida
en historia.
A medida mi cuerpo sangraba por
aquellas cicatrices que me dejaban los recuerdos, también observaba las partes más
dañadas, donde jugaba al suicida que alguna vez se había enamorado y miraba en
cualquier mujer, el rostro que mas había odiado, revolcándome con tantos amores
artificiales, que me termine perdiendo sin darme cuenta, volviéndome la basura
que siempre quise evitar ser. No soy un escritor, tan solo soy alguien que de
cada error cometido, creo un cuento de terror.
Soy alguien que se atrevió a
gritar, por que las voces que estaban en mi cabeza, no dejaban que las ideas
terminaran de formarse, soy alguien que con el licor encontró la forma de
purificar sus heridas, alguien que transformo cada letra en una droga para mentirme
a mí mismo y convencerme de que aun me queda algo por hacer. No soy un
escritor, tan solo se morir de apoco, con cada noche que me abraza, con cada
amanecer que me despierta, con cada beso que dan a mis labios, con cada caída que
deja marca en mis rodillas.
Así que no me digan poeta, tan
solo llámenme por mi nombre, cuando me lean, no piensen en un escritor, piensen
en un ser humano que aun no sabe que necesita, cuando miren a un extraño
llorando en la calle, piensen en mí, como si estuviese en mi habitación escribiendo,
cuando vean a un sujeto con una mirada perdida hacia el horizonte, piensen en mí,
como cuando me pierdo en medio de ideas bizarras y amores clandestinos.
No soy un escritor, solo soy
alguien en constante pelea conmigo mismo, enfrentando una batalla que no podre
ganar, entre inmoralidades, maldiciones, malas palabras y caricias ciegas, entre
sonrisas y lagrimas, entre amores y odios, entre tinta y sangre.
Cuando decida marcharme, cuando
no baste pensarte para aferrarme a esta vida, cuando los segundos pasen y el
asco inunde mis venas por que el amor se digno a abandonar mi cuerpo, cuando
todo lo que pueda ofrecerte se vea de un modo oscuro, por salir a flote las
ganas de matarme que intentaba ocultar con los “te amo” que te susurraba al
oído, pretendiendo hacerme el fuerte, cuando me canse de ignorar este enorme
vacío… ¿Qué será ti?
¿Vas a maldecirme por dejarte
sola? como si no hubiese tomado en cuenta tus sentimientos o ¿me culparas de
ser egoísta? por deshacerme de lo único que creíste haber amado, ¿iras llorando
a mi funeral diciendo lo mucho que vas a extrañarme? O ¿me llevaras flores
teniendo en mente que sabias que eso ocurriría? ¿Cantaras mis canciones
favoritas al viento? Como si desde algún lugar yo pudiera escucharte o
¿recitaras mis mejores poemas en honor a lo que hacía en vida?
Cuando me convierta en uno de los
personajes de mis relatos… ¿Qué será de ti?
¿Te desangraras como yo lo hago
ahora por tu ausencia? ¿Sentirás un vacio similar al que siento cuando tus
caricias me hacen extrañarte más? ¿Escribirás las cosas que jamás me dijiste
mientras vivía? ¿Te lamentaras por querer hacer tantas cosas que ahora…
simplemente dejas pasar? Cuando todas las oportunidades se agoten… ¿Qué será de
ti?
Cuando mi cuerpo comience a
podrirse bajo tierra ¿te darás cuenta del tiempo que hemos perdido?
Cuando los gusanos comiencen a
consumir la putrefacción de mi cuerpo ¿pensaras en todos los besos que ya no
podre darte?
Cuando leas mi carta suicida
¿pensaras que podrías haberlo evitado?
Cuando los días pasen ¿seguirás
sintiendo en tu pecho las lágrimas que tantas veces me viste derramar sin hacer
nada?
Cuando quieras decir algo bueno
de mí ¿llegaran a tu cabeza aquellas preguntas que te hago hoy?
¿Qué será de ti… cuando te des
cuenta que todo lo que podrías haberme dicho tan solo se convertirán en
palabras que gritaras a la nada?
Cuando el tiempo corra, cuando
alguien más llegue a secar tus lagrimas, cuando descubras que puedes amar
nuevamente, cuando te des cuenta que eres tan indiferente contigo misma como
para no importarte que manos acaricien tu cuerpo ¿pensaras en mi como el hombre
que te amo más que a la propia vida? O ¿dejaras que solo me convierta en ese hombre que ocupara unos vagos buenos
momentos en tu mente?
Dime… ¿qué será de ti cuando te
des cuenta, qué ese que mataba por ti, murió por la misma causa?
Hay ocasiones al despertar, donde
siento como si todo fuese irreal, como si las cosas ante mi fuesen a disolverse
con el tacto, como si mis ojos pudiesen deshacer todo aquello que toco con la
mirada, como si no perteneciera a este mundo o el mundo, fuse algo tan fugaz,
como esas pequeñas ideas que con el tiempo olvidamos, así, siento que yo,
también podría terminar por desaparecer, como si fuese un rastro de polvo y
alguien… simplemente soplara.
A veces las fuerzas abandonan mi
interior, otras cosas ocupan su lugar, las dudas desaparecen, las ganas se
difuminan con idean matizadas con presagios de insatisfacción que nunca se
hacen realidad, como si todo dejara de ser lo que es, como si a mi pecho se le
hubiese olvidado guardar mis emociones por las noches y despertara vacio, como
si a mi cabeza se le hiciera imposible acumular sensaciones, hasta mi cuerpo se
siente extrañado con las caricias el viento.
Al mirarme en el espejo, me doy
cuenta que en mi interior habita alguien más, alguien que por momento se ocupa
de hacerme sentir incomodo conmigo mismo, alguien que, al mirar directamente a
mis ojos puede notarse, se roba mis sentimientos y los esconde lejos de mí, en
aquellos lugares que temo visitar, para no despertar recuerdos que yacen
dormidos en los brazos del olvido, como si mi enemigo viviera dentro de mí, me
conozco y me desconozco al mismo tiempo.
Las cicatrices que más duelen,
las llevo en mi mente, tienen fechas y algunas van acompañadas de pequeñas
fotografías, todo eso paso a formar parte de una nada rotunda, realmente no sé
si el vacio que siento se debe a como haya despertado, pero me encuentro
sentado en el borde de un abismo, sin temor a caer y debajo todo pasa muy
lento, como si el tiempo no corriera, justamente eso, es lo que hace que un día
sea recordado u olvidado completamente, cuando el tiempo se detiene o cuando
pasa más rápido, es ahí cuando más atención prestamos.
Sé que tengo sueños, sé que tengo
metas por seguir, sé que me he creado un camino, que hay temores en mi
interior, que ahí están un montón de maldiciones escritas y otros textos más
desordenados esperando a ser plasmados, pero olvide donde estaba el interés
para cada una de ellos, no hay lagrimas, no hay sonrisas, no hay nada que me
haga sentir que estoy o que he estado vivo, soy como un fantasmas sin
recuerdos, al menos lo que tengo para comentar se siente como si no fuese parte
de mi, mis dedos se mueven y solo aquí, me siento real, cuando despego los ojos
de la pantalla, de nuevo me siento desorbitado, desconectado, perdido.
En mi interior, se que ahí, donde
nadie logra ver mas allá de una sonrisa fingida, esta esa cosa, esta ese ser
deforme que estando frente al espejo toma mi forma, esa cosa amorfa que se
quiere parecer a mí, pero que sus ojos hablan y lo delatan, yo lo sé, se que se
va llevando de mi todo aquello que conozco, todo aquello que experimento, sé
que me habla en ocasiones y logro escucharlo, aleja de mi las suposiciones de
felicidad que conservo para poder sonreír, como si de verdad me sintiera bien,
pero todo el mundo me culpa, me convierten en el culpable de este vacío que no
deja de crecer.
Nadie lo nota, pero en este
punto, creo que también desapareció aquella ansiedad que me agitaba, cuando me
señalaban por cosas que yo realmente no quería sentir, mientras yo estoy aquí
observando cómo mis dedos se mueven sin ganas, como el tiempo pasa sin notar
que me hago viejo con cada segundo que me abofetea el rostro, en mi interior,
esta eso que me hace sentir irreal, eso, que ha convertido mi vida en un sueño
de mal gusto.
Después de tantos años, después
de creer que me había olvidado de ti, mi cabeza viene y me hace esta pequeña
broma, viene a recordarme que tú fuiste un “para siempre” que la vida parece
querer recordarme, cada vez que el olvido se posa sobre tu nombre, no creo que
sea coincidencia, aunque tampoco creo que tu pienses lo mismo que yo, por que
de ser así, no aguantarías tanta locura, después de todo, eso fue lo que paso
conmigo, te cansaste de tan pocos momentos de cordura que había en mi.
He vuelto a soñarte, tan
delicada, tan cautivadora, tan malditamente feliz, que me enfermas en este
momento, me llenas de odio sin saber a qué odiar, me llenas de algo que no sé
como catalogar, no sé qué tan confundido debo estar para creer que estoy
perdiendo la cabeza, ni que tan estúpido debo ser para creer que un sueño,
significa más que eso, pero déjame creer, pero déjenme creer por un instante,
que soy ese jodido idiota que piensa que ha sido una señal, para saber que tu
también me piensas, que tu también me extrañas, aunque no vuelva a buscarte, déjenme creer que
desearías que eso pasara y… que si llegas a leerme, te preguntes si esto es
contigo.
Ya no me quitas el sueño por las
noches, he aprendido a amar otras cosas, descubrí que existía este mundo
gracias al vacio que dejaste una vez, queriendo llenarlo constantemente,
escribo, ahora simplemente no puedo dejar de hacerlo, llegando a creer, que lo
único bueno que me dejaste, fueron las ganas de todo, menos de ti,
También me enamore de los
pequeños detalles, me enamore de las cosas que por lo general nadie más nota,
voy por la vida apreciando las “comas” mal puestas, después de todo, voy por la
vida sin quererla, de hecho, no nos llevamos muy bien, somos como hermanos
pequeños cuando no quieren hablarse, convivimos, pero una que otra vez
decidimos ignorarnos, no pretendo culparte, ni culpar a nadie, la culpa la
tienen unas manos cansadas, unos pasos en falso, unas cuantas mentiras, unos
cuantos sueños, unas cuantas promesas.
Cuando desperté, creí que eso que sentía en mi pecho eran ganas de llorar, pero misteriosamente, sonreí, aunque
aun no descubro si por haber despertado o por haberte soñado, si por haberte
abrazado una vez más o por darme cuenta que solo era un sueño, si por haber
escuchado una vez más tu voz sin sarcasmos u ironías o por darme cuenta que
justamente todo había sido un sueño, del que desperté cuando decidiste creer,
que yo no era el indicado para ti.
Y realmente he
llegado a pensar, que no se ser el indicado para nadie, mi significado del
amor, hace que el amor deje de parecer lindo, aunque hace que parezca un poco
más real, después de todo, no hay nada mas imperfecto en la vida, como el amor;
tan solo unas mentes tan retorcidas y manipuladoras como la de los poetas,
hacen del amor algo tan maravilloso y tan simple, como para que cualquier
estúpido como yo, crea que ama, al fin y al cabo, somos una mentira que con el
tiempo nos vamos volviendo verdad,
porque olvidamos la razón por la que mentimos.
Y si he vuelto a soñarte, quizá
es porque eso de que el tiempo no cura las heridas, es verdad, después de todo
el nos da y nos quita, nosotros decidimos que hacer con lo que tenemos o qué
hacer con lo que se nos va, me gusto haberte saludado en mis sueños, ahí, donde
todavía eras esa chica perfecta e imperfecta a la vez, esa cosa que aprendí a
no repudiar, tan solo porque te di tanto mi, que odiarte, seria odiarme a mi
mismo.
Estaba pensando en dejarte ir, en
escribir una carta y tratar de comprender que dejaste de ser mía, que jamás lo serás,
que ya caduco el tiempo donde alguien como yo se siente cómodo viviendo de una
mentira, hoy solo me carcome tu esencia, solo me maldicen tus caricias, solo me
desgasto con sutiles espasmos orgásmicos en nuestros ya cansados encuentros
pasionales, que por costumbre, ya ni improvisamos una nueva forma de quitarnos
la ropa, solo disfrazamos nuestro capricho de no rendirnos, con charlas a bajo
volumen, pero ya basta, ya no hay razón para seguir ocultando un “adiós” detrás
de esos besos que solo secan el alma.
Romperé los marcos donde nuestras
fotos colgaban, quemare cada recuerdo que me quede de ti, lanzare a la basura
todos los “te quiero” que se quedaron al lado de mi cama y me marchare, no con
odio hacia ti, sino, odiándome cada segundo mas, por no tener las fuerzas
suficientes, para seguir intentando crear el mundo que tantos nos habíamos prometido,
pero se calcinaron aquellas promesas, se desvanecieron aquellos sueños, a tal
punto que… no logro recordar el momento exacto en el que comenzaron a nacer las
cartas de amor con tu nombre.
Me voy, sin saber a dónde
caminar, dejando aquellas fotografías que te recuerden a mí, a un ser lleno de
defectos que se olvido de ellos por un momentos, para admirar por completo la supremacía
de se ocultaba debajo de unas cuantas miradas entristecidas, por lo que le había
tocado vivir.
Las verdades que ayer nos habían juntado
hoy se sienten como mentiras, mentiras que dañan el palpitar de un corazón que
se canso de reconstruirse cada noche, solo, porque ya no había tiempo de
dedicarse a las mismas cosas de siempre, ya no había tiempo para dedicarse a
los mismos detalles pequeños que nos habían enamorado, la juventud escapo por
nuestros ojos, la dejamos correr libre mientras nos quedábamos prisioneros
dentro de nuestros cuerpos marchitos, hediondos a cotidianidad.
No fue que me haya aburrido de
ti, de tu cuerpo, de tus palabras, no. Me aburrí de tu ausencia, no esa que se produce
cuando los cuerpos se separan por largo tiempo, esa se puede soportar a medida
nos convencemos de lo que sentimos y ayudamos al otro a confirmar nuestros
sentimientos, no, esa distancia se rompe, pero esa ausencia que nace cuando se
duerme en la misma cama, hace que un alma deje de sentirse querida.
Sentía que extrañaba tus besos,
aun cuando nuestros labios se juntaban con aparente sincronía, extrañaba tu voz, dulce, tranquila, cínica
por momentos, extrañaba tu compañía, aunque cada día nuestras miradas se
cruzaran tratando de mostrar simpatía, la costumbre te hizo aceptarme, en
cambio, a mí, la costumbre me hizo saber que ya no esperabas mas de nosotros,
que ya no esperabas mas de mí, porque creías que lo había dado todo, que ya
nada podría sorprenderte, por eso me voy, para que le des a alguien más, la
oportunidad que en sus momentos, yo tuve, ya es tiempo de que comiences a vivir
una vez más.
Me voy, sin dejar de amarte, me
voy, para que vuelvas a amar, me voy, dejando mi corazón a tu lado, pues no le
sirve a alguien que escapa del mundo, sin intención de usarlo nuevamente,
vacio, el amor que radica en mi ahora es vacio, porque lo dejo todo en esta
despedida, para que con lo que te quede, hagas feliz a otros brazos, llenes ese
vacío que no sabias se había formado en ti. Me voy, para que tú seas feliz.
Ha pasado tiempo desde que logre
sentirme tranquilo, la verdad, temo por el momento donde llegue a perder el
control, donde mis manos ya no puedan narrar sobre ese lado que en ocasiones,
trato de ocultar al mundo exterior, mostrando pequeños prestigios en algunas de
las prosas que lleguen a salir a flote, pasando por ese mar acuoso que no
siempre trae consigo pensamientos aceptables, ni siquiera por mí mismo, pero
por más raro que parezca, algo siempre se mantiene intacto en mi cabeza, a
veces llega en forma de reclamo, en ocasiones como consuelo, pero siempre esta,
tu presencia, siempre está conmigo.
Quizá no sea el típico hombre
enamorado, que trate de impresionarte a cada momento, con comentarios
ingeniosos, con obsequios adornados con cartas de amor, con globos o peluches,
tampoco soy como esos hombres de los que lees en los libros o existen en las
películas, mucho menos trato de ser como uno, quizá ni sepa como verte a los
ojos la mitad del tiempo y puede que mas sean las veces que los nervios me
traicionen, no soy la persona que siempre podrá brindarte charlas interesantes
o chistes oportunos y no, no siempre habrá un poema debajo de tu almohada al
dormirte o despertarte.
No sabré como solucionar todos
tus problemas, ni si quiera sé cómo solucionar la mitad de los míos, no
pretendo inventarte mundos de fantasía donde sería perfecto llevarte, sé muy
bien que esas cosas solo existen en nuestra imaginación, la realidad, está
llena de rutinas, de monotonías, de ideas que no siempre se completan, no soy el
hombre indicado para ti, lo sé y quizás, tu también lo sabes, incluso primero
que yo.
No quiero hacer del mundo un
lugar mejor para ti, querer eso, seria entregarte un mundo aburrido, sin
alegrías, sin sufrimiento, sin calma, sin caos, todos necesitamos del dolor
para saber que sabor tiene la alegría, por eso solo quiero que aprendamos a ser
mejores, juntos, para enfrentar al mundo y mostrarle que, no necesitamos estar
hechos el uno para el otro para caminarlo, no necesitamos ser iguales para
observar lo que nos ofrece, que no tenemos que ser perfecto para conocer la
perfección de los pequeños instantes… que si puedo mostrarte.
Te ofrezco mi
realidad, el hombre que detrás de los defectos, detrás de sus dudas, te guarda
ahí, detrás de sus ojos, ese que quizá no llegue a notar tus zapatos nuevos,
pero si se dará cuenta cuando necesites un abrazo, no te llevare a un lugar
elegante lleno de gente, te llevare a un lugar alejado, donde podamos comer
tranquilos, observando las flores, mirando algún rio, detallando las nubes,
escuchando el viento, escuchándote a ti y no a lo que otros opinen sobre lo
nuestro.
Quizá no pueda
darte algo que luzcas frente a tus mejores amigas, pero puedo darte algo que
luzcas para ti misma, algo que te llene a ti y no que llene a los que te rodean.
Soy este hombre
enamorado, que cuando se quede sin palabras, podrá leerte, que aun cuando este
cansado, podrá escucharte, que sin importar cuál sea la hora, querrá mirarte,
que sin importar como te levantes cada mañana, se seguirá impresionando por que
una mujer como tú, este al lado de alguien como yo.
Te ofrezco el
presente, sin sueños, sin una promesa de eternidad, habrá momentos que
parecerán eternos, habrán segundos que no querremos que terminen y habrán días
que vamos a desear no hubieran existido, pero cuando te canses, cuando grites
que todo ha sido en vano, cuando llores por que las dudas llegaron a ti, yo voy
a seguir aquí, en el mismo lugar, sintiéndome orgulloso de lo que eres, de lo
que somos, creando la oportunidad, de que puedas enamorarte de mí, cada día.
Te ofrezco…
nuevas rutinas cada cierto tiempo, nuevas aventuras dentro de nuestra
habitación, un amigo cuando no quieras
que te toquen, un amante para cuando la pasión se nos escape por los poros; no
siempre voy a ser el hombre perfecto, no siempre vas a ser mi mujer perfecta,
pero siempre… vas a estar ahí, tú presencia, siempre estará conmigo
Realmente comenzar a hablar de ti
representa un gran reto, no porque no sepa como comenzar, como siempre,
terminar será el problema, así como comenzabas tomando vida en mis noches
solitarias, detener aquel rodaje excitante siempre me complicaba las noches, prefería
soñar contigo despierto, así no lograbas sorprenderme, siempre deteste las
sorpresa, soy un amo rotundo del control y sin embargo, tú me haces perderlo a
cada momento.
No sé a dónde se iba mi
conciencia cuando te miraba, lo peor de todo, es que nunca supe si realmente
estaba enamorado de ti, lo único cierto es que aun ahora, no soportaría perderte,
después de tener la rosa más hermosa del jardín para mí, no me permitiré dejarla
libre de nuevo; lo lamento en cierto
punto ya que jamás quise privarte de tu libertad, pero al fin y al cabo todos
somos prisioneros de algo, yo prisionero de tu belleza, tu, prisionera de mis
ganas de ti.
No sé si fue tu delicadeza al
tratarme, el brillo que se escapaba por tus ojos cuando hablabas de algo que te
apasionaba, esas caricias que parecían dejarle mensajes subliminales a mi
cuerpo o esos besos, oh, esos besos que incitaban disimuladamente a tomarte sin
importar el lugar donde estuviéramos, quizá eso nos caracterizaba como una
pareja extraña, pero qué más da que el mundo nos viera de reojo, si tus gemidos
iban a la par con mis deseos.
Tu caminar era una oda a lujuria,
pero no sé si era por tu delicadeza o esa ternura que caracterizaban tus
movimientos, que me hacían sentir más vivo. Tu silueta bajo la luz tenue de mi
perversidad, dejaba resaltar esos hermosos senos, esperando por mí, por estos
labios que proclamaban tu nombre cuando te alejabas y alababan tu cuerpo cuando
te tenia, cuando te iba desnudando con aquella delicadeza que te gustaba
descubrir el cuerpo. Danzar era nuestro ritual a la hora de hacer el amor.
Donde mis manos buscaban tocar algo
más que tu pecho, algo más que tu intimidad, siempre tuviste esa peculiar
cualidad de hacer que me olvidara de mi cuando te tenía en frente, era yo, el
hombre más afortunado del mundo al probar los manjares que ofrecía tu piel,
desde el día que también fui capaz de robar tu inocencia, con el primer beso,
con la primera caricia, con la primera noche juntos, que revivía constantemente
cuando me inventaba mas noches contigo, para soportar la soledad.
Francamente, sabía que no soportaría
mucho seguir pasando las noches solo conmigo, estar lejos de ti me volvía cada
segundo, un poco más insoportable, necesitaba estar en ti, calmar los susurros
en mi cabeza con tus delicadas manos masturbando mi ego y haciéndome eyacular
palabras de amor,
Necesitaba de aquella niña
consentida en la que te convertías, para conseguir las cosas que se proponía, de
manera indirecta soy yo el que está siendo dominado por ti, a pesar de ser tú
la que se vea obligada a seguir llenando mi vacio.
No sé si fue tu delicadeza, la
verdad. Pero fuiste tú quien me hizo enloquecer, fuiste tú la que me saco del
entorno en que me había sentido cómodo, fue en ti en quien encontré la aceptación,
incluso de mi mismo y, fue tu cuerpo, fue la perfección de tu cuerpo, la que me
ha enseñado que en la vida hay cosas que vale la pena conservar, aun cuando parece
que el tiempo quiere desvanecerlo y… a pesar del estado en que te encuentras,
sigo sintiendo las mismas cosquillas que sentí, cuando aun tu respiración erizaba
los vellos de mi nuca.
¿Hay algo más satisfactorio que
ser quien quieras ser cuando quieras serlo? El problema con esto habitualmente
resulta ser que, perdemos nuestro verdadero horizonte, nos olvidamos de que
realmente queremos, por querer lo que nos inventamos, pero, si buscamos escapar
de nosotros mismos, es una vía razonable, después de todo, si llegamos a este
punto, no hay muchas cosas que se pueda querer recordar de lo que fuimos o de
lo que estamos dejando de ser.
Escribe, quieres intentarlo, pero tu cabeza se convierte en
ese candado que no se abre para dejar salir tus ideas, desglosa las mentiras
que siempre te dices frente al espejo y transfórmalas en una historia ¿cómo
hacerlo? Engáñate… después de todo, hasta el día de hoy, has vivido engañándote
para pretender estar de alguna manera, conforme. Conforme haciendo lo que se te
obliga a hacer, conforme con aquello que terminas diciendo tan solo para no ser
criticado, conforme con vivir de la manera que otros te dijeron que debías
hacerlo ¿eres joven y vulnerable? Correcto, vulnerable pero no por ser joven,
te lo han hecho creer.
Esconderse detrás de unas cuantas
letras no te hace cobarde, si logramos crear nuestra realidad, porque no
crearnos otra vida por un momento, un corto momento es lo que necesitamos para
cambiar algo, llorar unas penas que no sean nuestras, reír de alegrías que
imaginamos, pelear aquellas batallas que no nos pertenecen, a veces ahí, es
donde se esconde un verdadero héroe, tergiversar ese vacío que nos quita el
sueño, en algo que no deje dormir a alguien más, a veces es algo que puede
hacerte desprender por un instante, de esa inseguridad que nos hace sentir
solos.
Nos tomamos la tarea de
convencernos de que estar en algún lugar vale la pena, de que las cosas son
mejores de lo que parecen, porque alguien en su momento dijo que ver las cosas
con optimismo nos llevaría lejos, pero ¿qué pasa con aquellos que tenemos los
ojos cansados y la vista perdida? que no hayamos si no repulsión a donde quiera
que clavamos la mirada, nos impregnamos del asco de los día a día, de soportar
al mundo con sus mentiras, y algunos otros de tener que soportarse ellos
mismos, porque no hacer algo interesante con tanto dolor o en su defecto, con
tanto aburrimiento por la vida.
Somos actores, actores que no
saben qué papel han recibido, personajes de libros que no saben en qué dirección
moverse, he improvisan, improvisan sonrisas, amores, peleas, improvisan catástrofes,
para entretener a alguien, para entrenar a un público que tampoco sabe lo que
quiere, entonces… ¿por qué no comenzar a entretenerte a ti mismo?
¿Por qué no tomar esa arma que te
haga ser notado? Así no tendrías que fingir soportar a todos, después de todo,
todo villano tiene su final en su historia, pero al fin y al cabo es recordado
por hacer algo. ¿Por qué no tomar una soga y suprimir todos aquellos
pensamientos que te atosigan? Callar las voces a veces es solo una nueva
oportunidad de sonreír antes de que todo termine. ¿Por qué no tomar el lápiz y
ser todos los estados de ánimo que guardas dentro? así, los únicos que corren
peligro, son aquellos que vivan dentro de tu mundo, dentro de tus mentiras,
dentro de la persona que realmente eres.